Guarandeño que ha dedicado su vida al comercio ambulante, específicamente a la heladería y derivados.
Todas las mañanas este emprendedor se traslada desde el sector de Chalungoto Bajo, ubicado al norte de la ciudad, hasta las calles centrales de la ciudad para vender el tan conocido granizado o raspado, una combinación refrescante muy solicitada por grandes y pequeños.
Debido a la falta de economía, tuvo que migrar a la capital hace algunos años atrás, pero el amor por su tierra y su familia, hicieron que retorne. “Regresé a mi ciudad con ese ánimo y entusiasmo a vender bonice pero hace un año y medio estoy de lleno en los granizados”.
Don Aurelio señala que esta actividad a parte de ser una fuente económica, representa para él una distracción ya que a lo largo de su recorrido encuentra a viejos conocidos que alegran su día con bromas y anécdotas de la vida.
Por otra parte, indicó que su relación con los estudiantes en los establecimientos que el acude para comercializar sus productos, es muy buena y cercana, “Tengo el respeto de mis niños en cualquier sitio, ellos me saludan y piden los granizados de cualquier precio, de 25 o 50 centavos, y yo muy contento de atenderles”.
Su recorrido inicia en la Av. Cándido Rada, desplazándose por toda la Plaza Roja hasta llegar al Parque Central, al medio día visita escuelas y colegios que requieren de este delicioso raspado.
El clima es un factor muy determinante para la venta dice Don Aurelio, hay días buenos y malos, en uno bueno se puede obtener hasta 25 dólares y uno regular se llega a 8 dólares, la actitud es lo importante señaló, a pesar de la situación siempre el buen ánimo está presente en este hombre trabajador que, a sus 59 años, sigue recorriendo Guaranda, buscando el pan de cada día.
Porque en Bolívar, nuestra gente es emprendedora.
Comments