Piedad Naranjo

El oficio inmortal de la costura

Oriunda de la parroquia San Pablo de Atenas perteneciente al cantón San Miguel de Bolívar, Piedad desde siempre, supo que quería ser costurera. 

Muy pequeña y viviendo con su abuelita como ella la recuerda, el corte y la confección siempre le llamó la atención, pues comentó entre risas que muchas veces realizaba manualidades similares a la costura mientras su profesor impartía su clase en aquella época de escuela. 

Con 17 años se trasladó hasta el cantón San Miguel para aprender más a detalle el oficio que se convertiría su estilo de vida. Un pequeño taller de un recordado sastre, fue una de sus primeras escuelas en este arte, para luego lograr graduarse de artesana calificada por la Junta de Artesanos de Bolívar.

A sus 18 años se graduó y rápidamente trabajó en una casa deportiva muy importante de la ciudad de Guaranda, donde estuvo dos años ejerciendo el oficio, la vida, la familia y las obligaciones de casa, la apartaron de su profesión por un tiempo, 17 años para ser precisos. 

A sus 37 años Piedad retoma su actividad y la convierte en un trabajo permanente, durante 9 meses practicó en un espacio para actualizar conocimientos, para posterior, formar parte del desaparecido taller de la señora “Yolita”, a quien recuerda con mucho cariño, ya que fue la persona que le ayudaría más tarde a abrir su propio taller de costura. 

La modista confecciona un variado stock en prendas como: pantalones de hombre y mujer, blusas, faldas, chaquetas y arreglos en general, manteniendo la tradición combinada con la modernidad, a la hora de vestir.

Piedad, reconoce que la travesía y las anécdotas buenas y malas que ha significado su emprendimiento y profesión, se han convertido en el motor que le impulsa a seguir día a día en su allegado local de la transitada calle 7 de Mayo, entre 10 de Agosto y Olmedo, donde tiene presencia por más de 22 años.

Este tradicional taller donde los años y las obras realizadas son el reflejo del trabajo incansable que ha permitido que la artesana tenga una fuente de ingresos seguros, de lunes a sábado en horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde se vuelve un sitio lleno de risas y conversaciones con cada cliente que encuentra en doña Piedad el estilo adecuado, siempre.